sábado, 11 de diciembre de 2010

Ideas sobre VIADIVERSIDAD

Resumen
Las vías pecuarias y otros caminos públicos constituyen un legado histórico y cultural que debemos preservar y utilizar responsablemente.
España padece dependencia energética del exterior. No puede basarse toda la articulación territorial en vías rápidas de alto consumo, incluso para trayectos cortos. Deben existir también carreteras secundarias y otras vías que faciliten usos rurales y sostenibles. Las vías pecuarias deben constituir el principal elemento vertebrador de todas las redes de comunicación lentas. Algunos trazados de vías rápidas y algunos cerramientos ilegales constituyen verdaderas fronteras para fauna, ganado, vehículos lentos y personas. Asimismo, propician otras actuaciones ilegales, incomunican lugares y dificultan actuaciones de emergencia. No se actúa con suficiente rigor para evitar estos cortes.
Sugerencias: a) Publicar en Google los tracks de vías pecuarias y caminos públicos. b) Evitar nuevos cortes ilegales y recuperar indebidos. c) Permitir uso de vehículos bajo estrictas normas. d) Garantizar la continuidad de vías pecuarias, caminos públicos, ríos, arroyos, etc. e) Reforzar competencias Agentes Forestales y Guardia Civil en la custodia y vigilancia de estos bienes públicos. f) Vías rápidas respetando trazado de vías más lentas. g) Vías lentas entre municipios limítrofes. h) “Puertas verdes” para entrar y salir de grandes ciudades. i) Regulación tamaño, circunvalación, servidumbres, etc. de los grandes espacios cerrados. j) Aprovechar vías de tren antiguas.
Necesitamos un nuevo concepto: La “viadiversidad”.




Palabras clave

“VIADIVERSIDAD”, TRANSPORTE SOSTENIBLE, CAMINOS PÚBLICOS, VÍAS LENTAS, VÍAS FLUVIALES, PUERTAS VERDES







LAS VÍAS PECUARIAS. PIEZA CLAVE EN LA ORDENACIÓN, INTEGRACIÓN Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO





APARTADOS


1.-ASPECTOS HISTÓRICOS

2.-ECONOMÍA SOSTENIBLE

3.-ERRORES MÁS FRECUENTES EN LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

4.-PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE TALES ERRORES

5.-ALGUNAS SUGERENCIAS

6.-FRASE FINAL




1.-ASPECTOS HISTÓRICOS

Las vías pecuarias y otros caminos públicos constituyen un legado histórico y cultural de primer orden. Se han creado siguiendo los itinerarios más razonables, considerando orografía, cauces fluviales, núcleos urbanos, etc. Representan un bien de altísimo valor, típicamente español, a preservar y utilizar responsablemente. Algunas vías pecuarias recorren en mayor o menor medida calzadas romanas de gran valor histórico.

En la mayoría de los casos, las primeras carreteras y los primeros trenes, se integraron razonablemente con las vías pecuarias y otros caminos públicos, permitiendo su compatibilidad. Sin embargo, actuaciones posteriores de diversa índole han ido dificultando frecuentemente los trazados, los accesos y los usos tradicionales de estas importantes “arterias” territoriales.

No se puede articular el territorio basándose únicamente en vías rápidas. Es como el cuerpo humano. No podemos imaginar el cuerpo humano solo con arterias. También son necesarias las venas, unas principales y otras secundarias.

Las vías pecuarias constituyen una riqueza que no tienen todos los países. En el caso de España, las características climatológicas y las necesidades de comercio ganadero y lanar, dieron lugar a la trashumancia que, a su vez, a lo largo de los años trazó los recorridos de estos valiosísimos corredores naturales.

Las vías pecuarias deberían constituir el elemento vertebrador de todas las vías de comunicación lentas, conectando caminos, caminos carreteros y carreteras secundarias. Las carreteras secundarias también deberían ser un elemento vertebrador de primer orden, para acceder con los enlaces adecuados a las vías principales.


2.-ECONOMÁ SOSTENIBLE

España padece una importante dependencia energética del exterior. Precisa importaciones por diferentes vías: petróleo, gas natural, energía procedente de centrales nucleares, etc. Esta realidad, no es compatible con un desarrollo económico basado únicamente en vías rápidas transitables por vehículos potentes de alto consumo. No puede basarse toda la articulación territorial en vías rápidas. Deben existir también carreteras secundarias y otras vías que permitan otros usos alternativos de transporte más sostenibles: usos rurales, vehículos lentos de bajo consumo, ciclomotores, bicicletas y botas.

El anunciado uso del coche eléctrico puede representar un avance; pero si se pretende que estos coches tengan un coste asumible, un consumo apropiado y una adecuada autonomía, es muy posible que no desarrollen las mismas velocidades que los vehículos actuales. Por ello, la necesidad de carreteras secundarias se hará de nuevo más patente. El caso particular de los ciclomotores y las bicicletas eléctricas está insuficientemente estudiado; sin embargo, con la existencia de vías lentas apropiadas pueden constituir igualmente un medio de transporte sostenible de gran utilidad para contribuir a incrementar la diversificación de medios de transporte.

Las grandes ciudades están comunicadas a veces con las poblaciones periféricas únicamente a través de vías rápidas que, a pesar de ello, se colapsan todos los días laborables, con el coste de combustible y de tiempo correspondiente.

Hace unos días, el Alcalde de Madrid comentaba en unas declaraciones que la población de la ciudad de Madrid durante el día era muy superior a la de la noche. Esta información confirma algo sabido: las comunicaciones de entrada y salida de grandes ciudades como Madrid es un asunto de vital importancia en un plan global de economía sostenible.

Sin embargo, frecuentemente, alternativas de transporte como la bicicleta o el ciclomotor para recorridos relativamente cortos no son posibles por la inexistencia de vías lentas adecuadas y otras infraestructuras apropiadas. Unos posibles usuarios típicos de estos medios de transporte sostenible podrían ser los estudiantes universitarios. Pero si visitamos algunas Universidades veremos que un altísimo porcentaje de los alumnos que no usan el transporte público, utilizan únicamente el coche o, en menor medida, motocicletas de suficiente cilindrada para poder “sobrevivir” en las vías rápidas. No son suficientes unas buenas comunicaciones diversificadas dentro de la ciudad, es fundamental que también lo sean las entradas y las salidas.


Las vías de servicio de las vías rápidas, también podrían constituir un medio de vía lenta para vehículos no potentes. Sin embargo, casi siempre, las vías de servicio no parten de la propia ciudad, lo que evitaría su aislamiento por medios alternativos. Por el contrario, aparecen en las afueras de la ciudad y, frecuentemente, no enlazan unas con otras.

Si observamos la realidad actual, podemos ver que existe un interés creciente por el deporte. Sin embargo, probablemente, este interés no se canaliza bien como consecuencia, al menos, de dos hechos: la inercia de la costumbre y las inapropiadas infraestructuras e instalaciones.

Consecuencia de ello, podemos ver un caso típico que se produce diariamente en España con altísima frecuencia: un trabajador joven va a trabajar en su potente coche (aunque tiene varias plazas, él va solo); se pasa un buen rato metido en un “tapón”, con el consiguiente y desproporcionado coste de combustible y de tiempo; en algún momento posterior del día acude al gimnasio donde “anda/corre” y “monta en bici” varios kilómetros, consumiendo de nuevo energía, pero sin moverse del sitio; luego vuelve a coger el coche y se mete de nuevo en el “tapón” con las mismas consecuencias. ¿Tiene esto lógica? ¿No podría hacer el ejercicio yendo y viniendo por ejemplo en bici al trabajo?

No es difícil adivinar los servicios que debería introducir el gimnasio al tiempo que disminuye máquinas: lavado de ropa, taquillas para guardar ropa, parking de bicis, custodia y reparación de bicis, etc.

En este entorno, las vías pecuarias deben constituir el principal elemento vertebrador de todas las redes de comunicación lentas: vías fluviales, caminos rurales, caminos carreteros, carriles bici, carreteras secundarias, vías de servicio, etc. También deben constituir un medio alternativo a las vías principales en casos de catástrofes en carreteras, incendios, etc. para facilitar la evacuación de personas y animales, el acceso de bomberos, policía, ambulancias, etc.


3.-ERRORES MÁS FRECUENTES EN LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO.

No podemos ni debemos parar el progreso, pero debemos conducirlo con inteligencia para maximizar los beneficios y minimizar los perjuicios que todo cambio puede traer consigo.

Sin embargo, frecuentemente, se producen varios hechos que impiden el cumplimiento de dicha premisa, poco discutible por otra parte. Uno de estos hechos viene dado por el alto pragmatismo que a veces se imprime a los proyectos para culminar una obra en un plazo de tiempo que se considera razonable. Otro, no desdeñable, nace de la falta de alternativas ofrecidas por los que se oponen al cambio. Adicionalmente, se producen los problemas típicos del todo quehacer humano: errores, ilegalidades, etc.

Sin pretender ser exhaustivo, algunos errores podrán destacarse:

Vías rápidas construidas encima o cortando vías lentas.

Algunos trazados de vías rápidas modernas son verdaderas fronteras para fauna, ganado, vehículos lentos y personas. Curiosamente, no son las vías rápidas completamente nuevas las que más inciden en estos cortes, ya que suelen tener pasos superiores e inferiores. Las vías rápidas que más inciden en limitar o eliminar vías lentas son aquellas que se construyen encima de ellas. Por ejemplo, los famosos “desdoblamientos” que, a cambio de sus beneficios indudables, tienen un alto coste: eliminan una carretera secundaria y muchas otras vías lentas.

No se actúa con suficiente rigor para evitar el corte ilegal de vías pecuarias y otros caminos públicos.

A pesar del interés mostrado por la mayoría de las Administraciones Públicas para velar por la conservación y protección de los ríos, los arroyos, las vías pecuarias y otros caminos públicos, etc. la realidad cotidiana presenta una situación poco alentadora. Se producen frecuentemente cortes, invasiones y apropiaciones indebidas de estos bienes de titularidad pública.

Esta situación es poco comprensible. Tanto la propiedad privada como la propiedad pública deben ser respetadas y protegidas por los poderes públicos.

Aparte de los posibles casos en los que nos encontremos con circunstancias que se muevan entre la picaresca y la corrupción, en muchas ocasiones es muy posible que existan algunos factores que no favorecen la debida defensa de estos bienes públicos. Por un lado, no todas las ilegalidades son denunciadas o detectadas por las autoridades inmediatamente. Por otro lado, los procesos judiciales son lentos y engorrosos y las pruebas no son fáciles de aportar ya que frecuentemente se basan en documentos y planos de difícil interpretación en el terreno.

Algunas medidas aparentemente de protección terminan por propiciar la desaparición del bien público.

Algunas medidas bienintencionadas de algunas Administraciones públicas pueden dar lugar a desenlaces poco deseados. Por ejemplo, algunas Administraciones, probablemente para evitar el uso indebido por parte de algunos vehículos, han optado por prohibir totalmente –en lugar de regular- el uso de vehículos en todas las vías pecuarias y otros caminos.

Esta medida, reduce el uso de estos bienes públicos y termina por favorecer su “desaparición”. Al cabo de un tiempo, podemos encontrarnos con la sorpresa de que no se puede pasar con vehículo… ni tampoco andando.


4.-PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE TALES ERRORES.

Los errores antes mencionados –entre otras circunstancias- dan lugar a importantes problemas que dificultan la adecuada ordenación, integración y articulación de las distintas zonas –ciudades, pueblos, lugares de actividades rurales, parques naturales, ríos, arroyos, jardines, etc.- que constituyen el territorio.

Las apropiaciones y cortes indebidos de arroyos, vías pecuarias y otros caminos públicos, así como los consiguientes cerramientos ilegales, en ocasiones, pueden conducir a construcciones inadecuadas, desvío de cauces fluviales y acuíferos, incomunicación entre lugares, deterioro medioambiental, fauna enjaulada con matanzas en lugar de cacerías, dificultades de acceso y escapatoria en caso de incendios, etc..

Algunos escándalos urbanísticos conocidos, posiblemente, empezaron con el corte ilegal de un camino público, un arroyo, etc. Asimismo, todos recordamos graves inundaciones y otras catástrofes que se han producido por la construcción de viviendas en lugares inadecuados tales como cauces de arroyos, vaguadas, etc. Adicionalmente, algunos incendios han causado mayores daños y han resultado más peligrosos cuando los caminos “no han funcionado” adecuadamente.

Por otro lado, la eliminación de vías lentas está produciendo elevadas concentraciones de tráfico en las vías rápidas, aislamiento de ciudades por vías lentas (peligro de atropellos y otros accidentes), estímulo del uso de coches potentes y de alto consumo, y un largo etcétera.


5.-ALGUNAS SUGERENCIAS

A modo de conclusiones, seguidamente se incluyen algunas sugerencias que posiblemente podrían mejorar la situación actual y el futuro de las vías pecuarias y otras vías lentas de comunicación.

Publicación de tracks

Como se ha comentado anteriormente, en la mayoría de los casos, la documentación de las vías pecuarias y otros caminos públicos, no está reflejada en soportes modernos que permitan su clara identificación.

Algunos Ayuntamientos, cumplidores con la legalidad vigente, han preparado sus inventarios de caminos públicos. Sin embargo, tales inventarios se han reflejado en unos documentos de difícil interpretación.

La única manera de que se conozcan públicamente –que es la mejor protección posible- las vías pecuarias y otros caminos público es que aparezcan en los soportes digitales de mayor uso por Internet. Por ejemplo en Google. Del mismo modo que aparecen las carreteras y, a veces los ríos, deberían aparecer todas las vías pecuarias, caminos públicos, arroyos y demás bienes públicos.

No sería difícil que las Comunidades y los Ayuntamientos pudiesen contar con voluntarios que, desinteresadamente, pudieran realizar la labor de recorrer las vías pecuarias y los caminos públicos para facilitar los tracks correspondientes, bajo la vigilancia y con la colaboración de Agentes Forestales, Guardia Civil, etc.

Evitar nuevos cortes e invasiones y recuperar lo perdido

Resulta dramáticamente urgente que las autoridades decidan con firmeza que no se consentirán nuevos cortes ilegales e invasiones de vías pecuarias, caminos públicos, arroyos, etc. Asimismo, deben darse con celeridad los pasos adecuados para recuperar el “terreno perdido”.

Si no se consigue un rápido éxito en este objetivo, todas las demás actuaciones servirán de poco.

Un corte de aparente menor importancia puede dar lugar a la interrupción de comunicaciones y hacer inútiles e inaccesibles otros caminos no cortados.

Uso restringido de vehículos a motor

Las Administraciones deben limitar –no prohibir- el uso de vehículos a motor por vías pecuarias y otros caminos públicos.

Lógicamente, la conducción deportiva de vehículos a motor debe estar totalmente prohibida. Asimismo, debe limitarse la velocidad a un máximo aproximado de 20 KM/hora. También podría exigirse un ancho mínimo del camino para permitir el paso de vehículos a motor.

Garantizar la continuidad de vías pecuarias, caminos públicos, arroyos, etc..

De nada sirve que exista, por ejemplo, una vía pecuaria, si no se puede acceder a ella. Es necesario garantizar la continuidad de vías pecuarias, caminos, arroyos, etc. de manera que pueda accederse a ellos, saliendo de un lugar o población y llegando a otra.

Los caminos que no llevan a ningún sitio, no son verdaderos caminos. A veces pasa con los carriles bici: en algunos lugares existen muchos carriles bici que no conducen a ningún lugar. Es cierto que sirven para hacer ejercicio, pero no favorecen un medio de transporte sostenible.

En relación con los arroyos, se produce un caso especial. Los caminos que transcurren paralelos a los ríos y a los arroyos son los más adecuados para evitar subidas y bajadas continuas. Son los más apropiados para caminar o utilizar la bicicleta. Por lo tanto, cuando se corta un arroyo, además se está cortando una vía excelente de comunicación sostenible.

Reforzar las competencias de Agentes Forestales y Guardia Civil

Es preciso que los Agentes Forestales y la Guardia Civil tengan competencias claras y efectivas para evitar y sancionar cualquier uso indebido de los bienes públicos. Con especial atención a eliminar de inmediato cualquier obstáculo ilegal que impida la libre circulación de los ciudadanos -cumpliendo las normas establecidas en cada caso- por cualquier vía pecuaria, camino público, arroyo, etc.

No tiene sentido que, frecuentemente, se requieran largos procesos judiciales para resolver un asunto obvio. A veces una caricatura es elocuente: Si a cualquiera de nosotros nos ve un policía llevándonos de la calle un mueble público (un banco, una farola, una fuente), ¿sería necesario un juicio para que nos quiten inmediatamente el bien público y lo pongan en su sitio, con independencia de las responsabilidades y sanciones que nos pudieran derivarse del procedimiento pertinente?

Esta obviedad no se cumple a veces en lo concerniente a vías pecuarias, caminos públicos, arroyos, etc. Frecuentemente, incumplimientos flagrantes no dan lugar a la restitución inmediata del bien público a su estado anterior, sino que se difiere la rectificación a que se pronuncien los tribunales y otras autoridades.


Las vías rápidas deben respetar el trazado de las vías lentas

Para compatibilizar el progreso y la sostenibilidad, es imprescindible que se tengan en consideración algunos principios.

Una nueva vía rápida no debería invadir otras vías más o menos rápidas previamente existentes. Cuando se crucen, deben existir los pasos pertinentes.

Cuando, excepcionalmente, sea necesario construir una vía nueva sobre otra vía anterior, deben tomarse igualmente las medidas necesarias para evitar la desaparición de la primera. En el caso, por ejemplo, de que se trate de una carretera secundaria que se trace encima de una vía pecuaria, deberían dejarse los márgenes suficientes para hacer compatibles los dos usos. Cuando –otro ejemplo- una vía rápida se construya encima de otra vía anterior menos rápida (por ejemplo un desdoblamiento) deberían construirse vías de servicio continuadas, a ser posible a ambos lados y con doble circulación en cada uno de ellos, con los pasos adecuados. Estas vías de servicio, a su vez, deberían servir para enlazar con carreteras secundarias, vías pecuarias, caminos, etc.

En general, cualquier vía nueva debería construirse con vías de servicio y espacios separados para caminos que podrían servir para vehículos lentos, bicicletas, emergencias, etc. Debe evitarse el efecto “frontera” que frecuentemente producen las nuevas vías construidas.

Asegurar suficientes vías lentas entre todos los municipios limítrofes

No es suficiente que una o varias vías rápidas unan los municipios limítrofes. Es imprescindible que se aprovechen también otras vías lentas existentes (carreteras secundarias, vías pecuarias, caminos, etc.) que faciliten la “viadiversidad”.

No se puede alcanzar una razonable integridad del territorio utilizando únicamente vías rápidas. Existen importantes razones de mantenimiento de usos rurales, medioambientales, de sostenibilidad, culturales, de ocio, etc. que aconsejan la pervivencia -¿debería decirse la supervivencia?- de las vías lentas.

Existencia de vías lentas para entrar y salir de grandes ciudades.

Aunque parezca mentira, cada vez es más difícil entrar en y salir de las grandes ciudades a pié o en bicicleta o en vehículo lento. Es prioritario y urgente subsanar esta situación. A medida que pase el tiempo, las soluciones serán más complicadas.

En algunas ciudades se han construido las llamadas “Puertas Verdes” que permiten la entrada y salida de la ciudad a pié, en bici, etc. a través de corredores verdes. Sería una buena solución para implantar en todas las ciudades grandes.


Regular tamaño, circunvalación y servidumbres de espacios cerrados.
Cuando existan espacios públicos o privados de gran tamaño que no estén abiertos al público, deberían existir las servidumbres de paso mínimas para facilitar el paso de un lado a otro. Cuando esto no sea posible, al menos deben existir garantías de que dicho espacio se puede circunvalar. En caso contrario, si un gran espacio cerrado se une con otro gran espacio cerrado y éste con el siguiente, pueden darse situaciones inaceptables que, en la práctica, limiten en exceso el libre y responsable tránsito de los ciudadanos por el territorio.


Adecuado aprovechamiento de las vías de ferrocarril antiguas

Otro medio excelente de integración territorial viene dado por las vías de ferrocarril antiguas, perfectamente integradas ya en la naturaleza.

Algunas de ellas están todavía en uso con trenes regionales, aunque, en algunos casos, se realizan pocos trayectos diarios y, además, el tren no para en todas las que estaciones que inicialmente estaban dispuestas. Estas líneas de Ffcc. deberían mantenerse. Adicionalmente, aunque fuera en un solo trayecto diario en cada sentido, sería bueno que parasen en todas las estaciones. Estos trenes, permiten fácilmente el transporte de bicicletas y pueden acercar al ciudadano a la naturaleza. Evidentemente, esta es la mejor opción: mantener su uso primitivo en la medida de lo posible, aunque ahora los objetivos tengan un componente lúdico, cultural y turístico que antes no tenían.

En los casos en los que las vías antiguas han dejado de usarse definitivamente por los trenes, aparecen varias alternativas. Una de ellas –con muchos ejemplos excelentes en España-, es la conversión de los corredores primitivos del tren en carriles bici. También podrían darse otros usos públicos, pero en ningún caso deben abandonarse estos corredores ni permitir que sean invadidos o anexionados ilegalmente. Constituyen un bien público de valor indiscutible ya que siempre servirán para ir de un lugar a otro a través de un camino.

La señalización adecuada de los caminos públicos

Los caminos públicos en general y las vías pecuarias en particular, deberían estar debidamente señalizados, con indicación del nombre del camino u otro tipo de referencia identificativa.

En el caso particular de algunas vías pecuarias, al menos en la Comunidad de Madrid, es frecuente ver carteles que indican: “Vía Pecuaria, Cuídala”. Sería muy positivo que en estos mismos carteles figurase el nombre u otro tipo de identificación de la vía pecuaria.

Las ventajas de la identificación de los caminos públicos son evidentes: como orientación del usuario de la vía pecuaria, para facilitar una denuncia, para simplificar las pruebas en caso de litigio, etc.

6. FRASE FINAL

Debemos trabajar para que se implante un nuevo concepto medioambiental de transcendencia decisiva: LA “VIADIVERSIDAD”.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Caminos y Vias Pecuarias

Los caminos públicos y las vías pecuarias constituyen un entramado de comunicaciones que contribuyen de forma importantísima a la vertebración y articulación territorial.
Es muy lamentable que, a veces, dichas vías de comunicación se corten ilegalmente.
Frecuentemente, aunque el corte sea pequeño, los efectos sobre el recorrido completo son nefastos. A veces, comienzas a andar por una "Vía Pecuaria.-Cuídala" y al cabo de un rato, la Vía Pecuaria queda interrumpida ilegalmente.
Podríamos encontrar un paralelismo didáctico con el cuerpo humano. Existen arterias (carreteras, autovías) pero también existen multitud de venas (caminos, vías pecuarias) que completan la circulación sanguínea (territorial).
Sería muy conveniente que siempre estuviesen habilitados y expeditos caminos públicos o vías pecuarias entre todos los municipios limítrofes.
En el caso concreto de Madrid, deberían existir numerosas entradas y salidas por caminos o carreteras secundarias o vías de servicio, por lo menos hasta/desde el anillo verde.
En algunas ciudades españolas, se han empezado a habilitar salidas de las ciudades en bici o andando, denominadas Puertas Verdes. Magnífica idea. En Madrid harían falta muchas Puertas Verdes.